Febrero 2024
La tasa de interés, también conocido como el costo del dinero, generalmente es utilizado como un instrumento monetario o variable de control monetaria para enfriar o dinamizar las economías. Otras veces, ella es variable endógena brindada por el mercado de la demanda y oferta de dinero, siendo los instrumentos utilizados por los gobiernos para influir en la inflación de sus economías, otros como el nivel de base monetaria, u otros no monetarios, como es la política del tipo fiscal: impuestos, gasto y deuda.
Es así entonces que los estados en base a estas dos grandes plataformas, la moneteria y la fiscal, buscan corregir incentivos para intentar proyectar el crecimiento de sus economías, en una tendencia estable, lo menos influenciada por desequilibrios externos, que puedan provocar sorpresas que los demás agentes económicos, familias y empresas, prefieren disminuir. Actitud paternalista, pero si, hasta hoy es el sistema de gobierno estatal, capitalista y democrático, el más justo que creemos se nos ocurre.
La inflación, es entonces luego de aplicada estas políticas, el número que todos miramos para entender la salud de la economía, es el termómetro. Juzgamos la eficacia de nuestro gobierno, en gran medida por este dato, y también otros, como el desempleo y los niveles de crecimiento del producto, por nombrar algunos de las mas importantes.
Introducido entonces las posibles instrumentos de los gobiernos para la operación de sus economías, vayamos a la cuestión en análisis. Si el gobierno elige la tasa de interés como instrumento manipulable, que no lo dicta el poder del mercado, y que por lógica de ser ella el costo del dinero, concluimos rápidamente que un aumento de la misma, concluiría por parte de la demanda de dinero de las familias, en su afán de consumo, ejecutar menores cantidades de préstamo para este fin, y por lo tanto disminuyendo la presión de demanda sobre los productos y servicios, incentivando a la baja de sus precios, que restablezca un nuevo equilibrio de mercado donde el menor precio, realoque el excedente de estos activos. Por el lado de la demanda de dinero del otro agente económico, las empresas, el dinero mas caro, desincentiva a tomar préstamos productivos, disminuyendo la oferta de los bienes que ellos ofrecen, empujando al alza el nuevo precio equilibrio de mercado, manifestado por un mayor nivel de escasez. Quienes tengan ahorros, sean los consumidores o las empresas, al subir las tasas de interés serán más propensos a colocar su excedente de riqueza en instrumentos de renta, por lo tanto en ambos casos pujando por menores cantidades de productos en comercialización, por un lado aumentando los precios por escasez de producción y por el otro disminuyendo la presión sobre el mismo por la aparición de excedente.
Vemos que dada una suba de la tasa de interés, el efecto directo sobre estos agentes económicos, que luego influyen sobre el nivel de inflación, es opuesto entre ellos, y que por lo tanto, no podemos afirmar con grandes certezas que una suba de tasa de interés disminuye la inflación, como generalmente todos esperamos. Aunque estas dinámicas de reacción de los agentes de demanda de dinero, sean contrarias sobre el efecto del nuevo precio de equilibrio, vemos que se refuerzan en su reacción a contribuir con el objetivo de enfriar la economía, ya que ambas, la empresa produce menos y el consumidor compra menos, tienden a bajar las cantidades o el crecimiento de cantidades de bienes que se comercializan.
Sobre el tercer agente económico, el estado, un aumento en la tasa a la cual ellos disponen de dinero, la tasa de interés, se traduce en mayores costos para él mismo, costos que vistas las menores cantidades transadas de bienes en la economía por los efectos vistos anteriormente de una suba en la tasa de interés sobre las familias y las empresas, esta menor base de actividad sobre la que se recauda, implica que necesariamente para recaudar más y hacer frente con los nuevos mayores costos de deuda, debe levantar paralelamente a la suba de interés que decidió realizar, la carga de impuestos o, si decide no realizar esta maniobra poco popular, debe elevar la emisión monetaria, políticas que son fuentes futuras de presiones inflacionarias.
Paralelamente, el precio del dinero es un precio base de la economía, muy similar en sus efectos al de los llamados commodities, productos materia prima, siendo ellos un costo base en la estructura más fundamental de todos los productos y servicios de la economía, un aumento de su precio y en este caso la tasa de interés, se traduciría en un aumento de muchos otros precios del mercado y por lo tanto de la inflación.
Por lo tanto la eficacia en la política de suba de tasa de interés orientada a disminuir la inflación, va a depender mucho del concepto de elasticidad de la demanda y oferta de bienes en reacción al cambio en el costo del dinero. Este ámbito lo estudia la microeconomía, e incluye comportamientos humanos de difícil predicción matemática y por lo tanto no son triviales aportando incertidumbre a los efectos sobre el precio. Esta estrategia de suba de tasas, sí consigue enfriar el producto de la economía, pero ello puede suceder en un contexto de inflación, por lo que conduciría a una estanflación, o tanto en uno de regularización de precios, llamado depresión.